Un verdadero bochorno fue el cierre del verano en Mar del Plata. En el José María Minella, Estudiantes le ganaba 1-0 a Gimnasia con gol de Carlos Auzqui, pero la violencia se fue apoderando del juego. ‘Palito’ Pereira vio la roja por una criminal patada que dejó inconsciente a Oreja, Bologna fue mal expulsado por una mano que no existió y al instante se fue a las duchas Ascacíbar. Allí se descontroló todo
El fútbol quedó en un completo segundo plano. La violencia volvió a manchar la pelota y de la peor manera. Estudiantes y Gimnasia se medían en el marco de la Copa Ciudad de La Plata que servía para bajarle el telón a los amistosos de verano disputados en el José María Minella.
En lo que al juego estrictamente respecta, el partido comenzó con buenas intenciones y hasta hubo emociones de entrada: apenas cumplido el cuarto de hora, Carlos Auzqui puedo sacar provecho del desorden del fondo tripero para abrir el marcador. Pero enseguida la pierna fuerte comenzó a adueñarse de la noche. Tal es así que la primera etapa se esfumó con un enfrentamiento entre Leandro Desábato y Roberto Brum en el mediocampo.
El fútbol quedó en un completo segundo plano. La violencia volvió a manchar la pelota y de la peor manera. Estudiantes y Gimnasia se medían en el marco de la Copa Ciudad de La Plata que servía para bajarle el telón a los amistosos de verano disputados en el José María Minella.
En lo que al juego estrictamente respecta, el partido comenzó con buenas intenciones y hasta hubo emociones de entrada: apenas cumplido el cuarto de hora, Carlos Auzqui puedo sacar provecho del desorden del fondo tripero para abrir el marcador. Pero enseguida la pierna fuerte comenzó a adueñarse de la noche. Tal es así que la primera etapa se esfumó con un enfrentamiento entre Leandro Desábato y Roberto Brum en el mediocampo.
Y mientras la hinchada del Lobo le puso más temperatura al juego con repudiables provocaciones desde la tribuna (el inicio del complementó se demoró cerca de diez minutos porque colgaron banderas del Pincha), enseguida la locura invadió el campo de juego. Fue Álvaro Pereira el primero al que se le salió la cadena, propinándole una criminal patada en el rostro a Facundo Oreja, quien perdió la consciencia por unos minutos y la ambulancia ingresó a la cancha a llevárselo.
Luego los de Pedro Troglio intentaron poner la bocha en el piso e ir por el tanto que les permitiera nivelar el trámite, pero no hubo caso. La hinchada volvió a sacar las banderas, el partido se interrumpió una vez más y la calentura se trasladó. Enrique Bologna fue mal expulsado sobre el cierre por una inexistente mano y enseguida vio la roja Santiago Ascacíbar por una dura entrada desde atrás. Hasta allí había llegado todo.
Es que hubo una completa invasión por parte de suplentes, cuerpos técnicos, gente de seguridad y la batalla campal se desató: piñas a traición, patadas en los rostros y suspensión por el bochorno del año.