La pretemporada de fútbol ha estado marcada por una serie de incidentes que han generado preocupación en la comunidad futbolística. Los eventos en cuestión ocurrieron durante los encuentros amistosos, que tradicionalmente sirven para que los equipos afinen su preparación antes del inicio oficial de la temporada.
El primer incidente tuvo lugar en el encuentro entre Cultural Argentino y Belgrano de Villa Mirasol, en el estadio apodado el «Volcán». Lo que comenzó como un partido típico de pretemporada escaló a un intercambio de agresiones entre jugadores, culminando en la exclusión de ambos equipos del juego por el tercer y cuarto puesto contra Estudiantil.
Simultáneamente, en Eduardo Castex, se reportó un altercado similar durante el partido entre Racing y Pico FBC. Al finalizar el encuentro, con un triunfo para Racing, un jugador de Pico FBC fue agredido por un miembro del cuerpo técnico de Racing. Este incidente llevó a Pico FBC a retirarse del torneo, donde estaba previsto que jugaran la final contra Ferro de Alvear.
Estos sucesos han encendido las alarmas sobre la conducta dentro y fuera del campo de juego, destacando la necesidad de reforzar las medidas de seguridad y promover un ambiente de respeto. La pretemporada, ideada como una etapa para la puesta a punto física y táctica de los equipos, se ha visto opacada por estos episodios, que desvían la atención de los objetivos deportivos.
Es responsabilidad de todos los involucrados en el fútbol trabajar juntos para asegurar que los partidos sean espacios de competencia leal y respeto mutuo. Mientras se analizan soluciones, la comunidad futbolística tiene la oportunidad de reafirmar los valores que hacen del fútbol.