Cuando realizamos deporte de manera recreativa, la intensidad que solemos aplicar es moderada. El día que nos pasamos de intensidad, nuestros músculos duelen, estamos cansados y al día siguiente tenemos agujetas.
Los deportistas que hacen competición conocen esta sensación mucho mejor, sobre todo en pretemporada, donde hay que trabajando poco a poco cada día un poquito más fuerte, periodizando las cargas para conseguir el objetivo que todos buscan; que nuestro organismo esté cada vez más fuerte y se canse menos.
Si los músculos te duelen después de entrenar es buena señal. Eso es porque has trabajado.
Cuando hablo de dolor de músculo no me refiero a un dolor causado por una enfermedad, me estoy refiriendo al dolor “natural” que hay después de hacer un buen entrenamiento.
Para aprovechar los beneficios de ese dolor “natural”, el entrenamiento debe de ser planeado y sistemático, y si no tienes mucha idea de cómo realizarlo, también tendrá que ser dirigido por un profesional para que te indique los parámetros a seguir para que tu rendimiento vaya en aumento y no te provoques ninguna lesión.
De poco servirá realiza entrenamientos aleatorios en los que un día apliques mucha intensidad y después estés tres semanas de total relax. Con estos tipos de entrenamiento no se avanza ni se incrementa el estado de forma física .
El dolor natural tras un buen entrenamiento está provocado por microroturas musculares. Estas microroturas son necesarias para que los músculos crezcan y se hagan más fuertes. Cuando aparece el dolor quiere decir que tu cuerpo ha trabajado por encima de sus posibilidades. El organismo responde ante esta agresión creciendo y creando nuevas fibras musculares sobre las microroturas provocadas. Así, poco a poco se va adaptando a un trabajo cada vez mayor. Pero recuerda, poco a poco. No lo cargues excesivamente o en vez de producir un avance podrás provocar una lesión.
Lo que se busca con este tipo de trabajo es “dañar” o “lastimar” al cuerpo de manera moderada para que después de estar recuperado alcance un nivel mayor. Es lo que algunos llaman como la “Supercompensación”
Cuando al día siguiente de un entrenamiento sientes dolor provocado por el entrenamiento de alta intensidad, no estás experimentando otra cosa más que un proceso de adaptación que mejorará tu estado de forma.
Desde www.deporteysaludfisica.com queremos invitarte a que te plantees un entrenamiento con cargas moderadas para que no te quedes estancad@ en tu nivel de forma física.
Puedes hacerlo siguiendo estos pasos;
1º Crea una buena base aeróbica . Haz mucho tiempo a poca intensidad. Echa un vistazo a nuestros artículos sobre trabajo aeróbico. Busca en las etiquetas sobre entrenamiento aeróbico.
2º Después de esta fase aeróbica, comienza a entrenar justo antes de tu zona anaeróbica . Recuerda utilizar el pulsómetro . Mira en nuestros artículos de “pulsómetro” para aprender a utilizarlo.
3º Intercala series aeróbicas con anaeróbicas .
4º Trabaja con cargas para hacer más fuertes tus músculos .
Ve poco a poco incrementando las cargas y las intensidades y verás cómo tu forma física va aumentando y mejorando por semanas.
Fuente-Deporte y Saud