La historia de Guillermina Ferrando podría ser una más, como la de cualquier adolescente de 17 años, que estudia, sale con sus amigos, se divierte, practica algún deporte en plena etapa donde se comienzan a definir prioridades a futuro.
Está vinculada a una enorme lucha, a un tremendo esfuerzo y su amor por un deporte que siempre la apasionó, y que hoy, por decisión de algunos, se quede sin la posibilidad de seguir disfrutando del hockey.
A los 11 años, tuvieron que operarla y colocarle una válvula derivadora en su cabeza, motivo por el cual se tuvo que mantener alejada del deporte por un tiempo.
Pero lejos de bajar los brazos, con esos escasos 11 años decidió lucharla, recuperarse, y tras muchos estudios y exámenes, fue autorizada por los médicos neurólogos a poder seguir jugando al hockey, eso sí, usando un casco protector.
Hasta ahí sería algo casi normal para alguien que fue creciendo a la par del estudio y el deporte, llegando a disputar partidos a nivel nacional con la selección de la provincia de La Pampa mientras en el ámbito local, seguía vistiendo la camiseta de La Barranca destacándose como una de las mejores jugadoras de su club.
«Lo único que quiero es que mi hija pueda seguir jugando al hockey» fueron las primeras palabras de su mama Karina en dialogo con Infopico.com
En estas palabras se desprende el amor de madre y un esfuerzo tremendo en ese día a día el cual Guillermina tuvo que tener demasiada fuerza de voluntad para recuperarse y seguir adelante. Porque si bien, esto puede ser una normal historia de una adolescente que practica un deporte, una de las primeras paredes que Guille se chocaría la encontraría durante el fin de semana en un torneo disputado en Neuquén, donde encontró como respuesta a su participación un «con casco no podes jugar, el reglamento no lo autoriza»…
Esto causó una tremenda indignación en sus compañeras y quienes estaban al frente de la delegación deportiva, porque entienden que la situación de usar el casco, no cambia en si la fisonomía del juego, en absoluto, más allá de los reglamentos que pueden regir algún deporte, se entiende como una cuestión de sentido común ciertas situaciones, y es absurdo limitar y marginar a un deportista por usar una medida de protección hacia su persona, más cuando hay tantos exámenes y estudios que avalan esta protección.
Los reglamentos, se entiende, están configurados para ser cumplidos, esto no se discute, pero ante situaciones que lo ameritan, tienen un marco de flexibilidad, más, cuando estamos hablando de la salud de un deportista.
Guillermina Ferrando no pudo jugar el fin de semana el torneo en Neuquén, simplemente por tener que usar un casco protector, eso se lo hicieron saber desde la Federación de Hockey local, y no hubo manera de dar marcha atrás a la decisión.
Hubo llamados al INADI de parte de su mama Karina, donde fue muy bien atendida, pero, a veces, sus decisiones no son vinculantes, y frente a esto, habrá que tomar otras medidas.
«El próximo paso será presentar un amparo ante la justicia, para que se le permita jugar a Guillermina con el casco protector, que no lo usa porque se le antoja, lo debe usar si o si, el hockey es hermoso, pero también un deporte donde el golpe de un palo o un bochazo puede hacer mucho daño, al menos, que se pueda hacer una modificación reglamentaria donde el uso del casco sea optativo, para quien lo necesite o por cuestión de mayor protección, » comentó su mama.
Sus compañeros de hockey, al igual que integrantes del seleccionado nacional de Los Leones, ya han iniciado una campaña «yo quiero un hockey inclusivo, si al casco» para lograr que se modifique en parte el reglamento que rige el hockey en la Argentina para que quienes tengan necesidad de usar casco o alguna otra medida protectora, bajo prescripción médica o por decisión propia, cuidando su propia seguridad, puedan hacerlo.