Se vivió un primer tiempo electrizante en La Paternal con el condimento extra de tener un oído puesto en lo que sucedía entre River e Independiente, el otro encuentro clave para saber qué ocurriría en la parte alta del grupo.
En ese contexto abrumador, el Bicho aprovechó el ritmo y golpeó primero. A los 9 minutos, Fausto Vera acomodó el balón para Matías Romero en el centro del campo y el juvenil sacó rápido al vacío para Gabriel Hauche. El Demonio obtuvo réditos desde la punta derecha, tiró un centro venenoso y Diego Sosa le ganó la posición a su marcador para puntearla en el primer palo y sacar un disparo imposible para Agustín Rossi.
Casi un cuarto de hora más tarde, y luego de que el árbitro Fernando Espinoza advirtiera a la Policía por la gran cantidad de gente que había en una de las tribunas, apareció la fascinante conexión entre Mauro Zárate y Edwin Cardona. Emmanuel Mas le cedió la bola al talentoso colombiano, que controló, giró, levantó la cabeza y sacó un precioso pase al corazón del área como si fuese una daga. La espalda de Carlos Quintana y Kevin Mac Allister fueron el espacio que aprovechó Zárate para cruzar un disparo de primera que puso el marcador 1-1.
En la recta final del primer tiempo, se repartieron una situación de riesgo por lado: Miguel Ángel Torrén estrelló un tiro libre en el travesaño y luego entre Wanchope Ábila y Eduardo Salvio desperdiciaron una clara acción. Primero fue el capitán, quien quedó habilitado por una desatención en la última línea del Bicho, encaró e intentó picársela al arquero Lucas Cháves. El dueño de los tres palos de Argentinos la manoteó y allí apareció Toto en soledad para marrar una chance inédita con el arco vacío.
Pero no fue la maniobra de mayor riesgo que dilapidó el Xeneize: Espinoza no dudó en pitar un penal a los 41 minutos tras una mano de Quintana dentro del área, Ábila se hizo responsable pero emuló a Martín Palermo, definió la pena máxima con las dos piernas y tiró el disparo por arriba del travesaño.