Racing Igualó 2-2 ante Puebla por la ida del Repechaje para clasificar al Grupo 3, que tiene a Boca como cabeza de serie. Alustiza adelantó dos veces al local, pero primero empató Bou y después Noir selló el marcador. La revancha será el próximo miércoles, en Avellaneda.
El pase de Oscar Romero, esa necesidad que tenía Racing. La magia del paraguayo, que fluyó de la galera celeste y blanca cuando se le terminaban los trucos a Facundo Sava. Tarde pero seguro mandó el técnico a la cancha a su mejor jugador. Y estuvo astuto en el siguiente cambio: adentro Ricardo Noir por Federico Vismara. Entonces, la Academia tuvo ritmo y volumen de juego. Y Tito encontró el empate. Para que la Academia, a pesar de los padecimientos de la altura y los desencuentros del primer tiempo, terminará con una mejor imagen y dos goles de visitante que lo llenan de optimismo para la revancha del miércoles en Avellaneda.
Había sido opaco la primera etapa de Racing. Sufrido de entrada, por ese gol que se devoró Sebastián Saja. Y después del empate, que también llegó rápido, nunca pudo controlar el partido. Siempre dependió del incansable Gustavo Bou, solitario, sin apoyo de Diego Milito, muy estático.
Jugó mejor Puebla al principio. Porque a excepción de los movimientos de Marcos Acuña, que fue un extremo punzante, Racing no tenía sorpresa. Sin ir más lejos, gracias a un desborde del volante neuquino llegó el 1 a 1. Y ahí estaba Bou, el goleador de la Copa Libertadores del año pasado, para empujar la pelota ante la desesperación de Cristian Campestrini, de flojísima oposición. Calculó mal el arquero argentino. Sobró la jugada.
No era una buena noche para los arqueros. Al minuto, Saja cubrió mal su palo más cercano y Matías Alustiza marcó el 1 a 0 con un bombazo de tiro libre que dejó sin oportunidades al número uno. También hubo responsabilidad de la barrera, ya que Milito y Francisco Cerro se movieron. Pero el máximo culpable fue el Chino.
Los chaparritos Alustiza y Cristian Bermúdez generaron problemas en la puerta del área. Aunque la principal vía de acceso de los mexicanos fue por el sector izquierdo de la defensa de Racing. Leandro Grimi quedaba a merced de Flavio Santos. Justamente, a este volante le cometió la infracción Aued, la que derivó en el gol de Puebla.
Hasta que Acuña advirtió que Grimi padecía a su espalda y retrocedió. Recién lo hizo en el desenlace de la primera etapa. Antes Alustiza se había filtrado con un remate que Saja controló a medias. Bou estuvo a punto de marcar el segundo de contragolpe. Sin embargo, Campestrini se reivindicó, achicó y tapó ante la Pantera.
Racing terminó desconcertado el primer tiempo, con Milito y Bou sacados. Todo un síntoma. Y Sava demoró demasiado en hacer un cambio que se imponía incluso antes del partido: Romerito por Milito. A esa altura, estaba nuevamente abajo en el marcador porque Saja bajó a David Toledo. No pudo recomponerse el arquero porque Alustiza acertó el penal.
Entonces, ingresó el paraguayo. Y Racing tuvo el brillo que le había faltado. Ya tenía al cerebro, le restaba conseguir el gol. Y Sava le dio pista a Noir. Campestrini volvió a tapar ante Bou. Y de un pase largo y frontal del enganche guaraní, se produjo el rechazo defectuoso de Patricio Araujo que le cayó del cielo a Tito. Fue el preludio del 2 a 2. Y terminó mejor Racing. Por el juego y por el resultado que se llevó a Buenos Aires.