Así lo afirmó el entrenador de la Selección en Córdoba, en la previa del partido ante Bolivia. Además, respondió a quienes, a su criterio, hicieron «análisis malintencionados» del encuentro ante Chile.
«Después de la Copa América no esperábamos una eliminatoria distinta en cuanto a la paridad que estamos observando ahora», explicó Martino en Córdoba ante la consulta de Télam en la previa del encuentro de este martes ante Bolivia, por la sexta fecha de eliminatorias.
Distendido como siempre, aunque reafirme que «si existe algún entrenador que sea feliz», ese no es su caso, el ‘Tata’ apuntó especialmente a la verificación de una postergación en la instalación de la ‘idea’, esa forma de jugar tan parecida a la que desarrolló en Newell’s y más tarde en Barcelona, pero que en la selección tiene sus bemoles.
«El buen juego del equipo no estuvo presente en el partido del jueves contra Chile, pero jugando a algo que no queríamos no perdimos solidez. No es lo que queremos, pero distinto es que además ellos nos hubieran creado 10 situaciones de gol», puntualizó.
«Contra algunos análisis malintencionados que vi y escuché en estos días, esa es mi respuesta, porque creo que se produjo un crecimiento del equipo. Hace dos años que vengo trabajando en Buenos Aires y sé para donde va cada periodista», se defendió.
«El buen juego del equipo no estuvo presente en el partido del jueves contra Chile, pero jugando a algo que no queríamos no perdimos solidez. No es lo que queremos, pero distinto es que además ellos nos hubieran creado 10 situaciones de gol»
Lo que ocupa ahora son las eliminatorias, en las que al cabo de cinco jornadas Argentina ocupa el quinto lugar, lo que equivale a decir que está en zona de repechaje, aunque ganando mañana se meterá en la de clasificación.
«El partido del martes nos da tranquilidad para la Copa América pero no para las eliminatorias. El análisis de ese torneo y los Juegos Olímpicos dependerá de lo que pase con Bolivia, porque si ganamos iremos a Estados Unidos pensando solamente en esa competencia y no en la eliminatoria de septiembre. Y Río de Janeiro no será un banco de pruebas, porque los que irán son válidos para la selección», apuntó.
«Lo que pasa es que todavía estamos en una situación donde hay circunstancias que nos modifican la forma de jugar, como la postura del rival, la tabla de posiciones que te ubica en una situación desagradable, el apremio por los tres puntos. Y también una instancia de un torneo importante, porque no es lo mismo una fase de grupos que un mano a mano. Por eso no tenemos incorporada totalmente la idea», enfatizó.
Sin embargo Martino se preocupó en aclarar que «durante la búsqueda no se puede prescindir del resultado, porque no significa que si la idea no salía, entonces con Chile había que perder».
«Lo que ocurre es que jugar de una manera y después intentar hacerlo de otra es como volver a conocerse. Cometimos el error de pensar que en la Copa América habíamos instalado la idea, pero en el debut de eliminatorias contra Ecuador (0-2) nos
despertamos y vimos que debíamos seguir trabajando», aclaró.
«Porque tener buenos jugadores no garantiza afianzar más rápido la idea. El martes nos podremos equivocar porque no estemos precisos en la elaboración, porque encontraremos un rival que esperará y saldrá de contraataque, pero siempre intentaremos una buena ejecución. Pero tampoco creo que este partido nos permita sacar nada en claro», alertó.
Aflojó un poco el tenor de la charla después de este análisis intrínsecamente futbolero cuando el rosarino elevó lisonjas para los anfitriones cordobeses. «Nada de lo que sucedió con la recepción de la gente me causa sorpresa, desde que llegamos hasta lo que vivimos durante el camino y la llegada al hotel. Los jugadores se pusieron cerca del pueblo y eso la gente lo valora», argumentó.
«A nosotros nos gusta jugar en el interior. El cariño de la gente, la cercanía, la forma en que tratan a los futbolistas es muy importante para el jugador», remarcó, como abriendo la puerta para seguir en este derrotero para los próximo juegos de eliminatorias. De hecho es posible que la próxima localía frente a Uruguay sea en Mendoza.
«Nosotros tenemos informes del campo de juego del estadio Mario Kempes desde que nos enteramos que veníamos a Córdoba. La AFA mandó gente y hay un compromiso de los organizadores por presentar bien el terreno. Sabíamos de los recitales (Maná e Iron Maiden), aunque quizás no se debió jugar allí Belgrano-Vélez. Nuestro segundo preparador físico (Manuel Alfaro) nos dio su apreciación del campo porque vino ayer», advirtió.
Claro que esto le permitió volver a entrar «en competencia» y entonces se dirigió hacia otro tema que él tiene muy claro desde siempre pero que la prensa, o algunos periodistas, no tanto, por lo que siempre vuelven sobre el mismo tema: «el nueve».
«El domingo les dije a Sergio Agüero y Gonzalo Higuain que les convendría que el técnico de la selección siguiera siendo Alejandro Sabella y no yo, porque entonces jugarían los dos», ejemplificó con una sonrisa de su sello.
«Es que para mi sistema solamente convivirían en la cancha bajo determinadas circunstancias de un partido, como por ejemplo ir perdiendo, pero no para el principio de ejecución de la idea. No es el doble nueve una alternativa para empezar un partido», precisó.
El otro asunto que tampoco lo verá transar al ‘Tata’ con su idea es el de los marcadores centrales y quienes deben jugar allí.
«Nosotros perdimos para este partido dos que nos brindan mucha seguridad (Ramiro Funes Mori y Nicolás Otamendi) por suspensiones, pero también estamos encontrando otros que nos otorgan las soluciones que necesitamos. Los que están acá son jugadores de jerarquía siempre», destacó.
«Y la importancia que nos pueden dar los laterales es también fundamental para el equipo. Pero en ningún momento evalué la posibilidad de colocarlo a Javier Mascherano como zaguero central», concluyó Martino, quien no tiene en la selección un Sergio Busquets que le permita, como sucedía en Barcelona, tirarlo atrás al ‘Jefecito’. Si algo queda claro siempre con el ‘Tata’ es que nunca habrá margen para negociar sus convicciones.