En mayor o menor medida, todos quienes practicamos deportes de resistencia hemos sufrido alguna vez calambres musculares. Quizás te hayas preguntado “qué he hecho yo para merecer esto?!”. No tenemos la respuesta directa, pero si podemos darte algunas pistas de qué son, por que se producen, y como prevenirlos.
Empecemos por definir. ¿Qué son los calambres?
Son contracciones dolorosas e involuntarias de los músculos que puede ocurrir durante o después del ejercicio. En los atletas de resistencia, tal es el caso de maratonistas o triatletas Ironman, la causa de los calambres todavía no está claramente definida pero existen diversas teorías a las cuales se atribuye su aparición como la deshidratación, la alteración de los electrolitos y/oactividad anormal de las motoneuronas que inervan a los músculos. La fatiga general y muscular así como la falta de elasticidad son factores que predisponen a su aparición. Su prevención y tratamiento se sustentan sobre un buen entrenamiento de una capacidad como la flexibilidad, junto a una buena nutrición e hidratación.
Un alto porcentaje de los calambres que ocurren durante el ejercicio puede ser atribuido a una gran pérdida de líquido corporal, y a la pérdida de electrolitos como el sodio, que generalmente implica.
Veamos: el sodio es un mineral importante, que interviene en la formación de las señales eléctricas de los nervios que producen los movimientos musculares, y su deficiencia asociada a la de fluidos determina la presencia de músculos “irritables”. Bajo tales condiciones, un movimiento un poco más intenso puede desencadenar en una contractura muscular incontrolable. Recordemos que una ligera disminución del sodio sanguíneo, determinada por una dieta baja en sodio o una sudoración notablemente profusa, puede causar este cuadro.
Por otra parte, que la fatiga muscular causa una falta de control en los sensores eléctricos musculares (efecto excitatorio de los husos neuromusculares y del efecto inhibitorio del órgano tendinoso de Golgi), generando una contracción involuntaria de la masa muscular. Aparentemente la contracción del músculo en su posición más corta es el factor mecánico desencadenante de este cuadro.
.¿Cuál es la causa de un calambre?
Las causas de que se produzcan calambres son variadas. Su presencia es generalizada a todos los deportes, aunque su mayor incidencia es en deportes de resistencia como el maratón y triatlón. Es un evento bastante incapacitante, caracterizado por la contracción dolorosa, espasmódica e involuntaria de la masa muscular esquelética, que como dijimos se puede presentar tanto durante como después del ejercicio físico (muchas veces los calambres aparecen después de la línea de llegada, e inclusive por la noche al dormir). Se puede evidenciar que los calambres pueden ser síntomas de síndromes clínicos congénitos, de condiciones patológicas adquiridas, o de ciertas situaciones especiales entre las que están el ejercicio en ambientes calurosos donde hay una pérdida alta en líquido corporal debido a la sudoración abundante.
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Factores de riesgo y prevención
En los deportes de resistencia como el maratón, ultramaratón, Ironman, u otras competencias, se han identificado factores de riesgo como un alto índice de masa corporal, escasa elasticidad, historia familiar de calambres, alta intensidad de entrenamiento, entrenamiento de larga duración, y fatiga muscular precoz.
Ante la presencia de calambres musculares, lo ideal es intentar realizar ejercicios de elasticidad (estiramientos) en los músculos afectados, manteniendo la posición de alargamiento hasta que ceda la contractura, retornando el músculo a su posición en forma que no reaparezca el calambre. Al mismo tiempo se debería dar soporte al atleta colocándolo en un área fresca y proveerle fluidos de rehidratación oral, como bebidas isotónicas (Gatorade o Powerade).
Es importante tratar de prevenir los calambres. Esto se puede lograr teniendo un entrenamiento acorde a las actividades deportivas y competencias que se afrontan, así como incorporando regularmente a las rutinas ejercicios de flexibilidad, especialmente en los músculos que hayan sufrido calambres previamente. También es crucial mantener una adecuada nutrición e hidratación (carbohidratos, líquidos y sales minerales) para prevenir la fatiga muscular durante el ejercicio, y de ser necesario reducir la intensidad y la duración del esfuerzo.
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(*) Prof. Casiano Carballo
Profesor Universitario en Educación Física
Técnico en Deportes
Entrenador Personal
Atletas. Info