Muchas cosas pueden salir mal en la carrera. Tené en cuenta estos tres aspectos fundamentales para reducir el margen de error.
Si te animaste a los 42.195 metros es (debería ser) porque venís entrenando desde hace un tiempo y ya tenés experiencia previa en distancias menores. Tenés un cierto recorrido en la actividad que te envalentona a pegar el salto a LA distancia. Pero aunque sigas al pie de la letra un plan y te cuides con ciertas cosas, hay aspectos fundamentales a los que tenés que prestarle especial atención para no sufrir de más el día de la carrera (ojo, hablamos de sufrimiento extra, porque algo de sufrimiento tiene que haber si vas a correr más de 42 kilómetros…).
Estos son los errores más comunes que cometemos a la hora de encarar un maratón:
- Ponerte un tiempo/objetivo erróneo
Muchos corredores tienen dificultades para evaluar la progresión de su entrenamiento y su condición actual al momento de la carrera. Es común que se sientan igual o mejor que el año anterior, si es que ya tienen experiencia, y prueben un objetivo más ambicioso. Lo conveniente es correr una media maratón entre tres y cuatro semanas antes del maratón y probar ahí la máquina con el ritmo que esperan tener en el maratón. Van a poder ver si es demasiado ambicioso o no. También conviene usar varios predictores de tiempo (en este mismo sitio hay uno), y establecer un promedio entre ellos. Ese será el objetivo el día de la prueba, y se pueden tener en cuenta los tiempos máximos y mínimos obtenidos en esos predictores para tener un rango de acción mayor de acuerdo a las sensaciones y dificultades de ese día.
- Comenzar muy rápido
Los primeros kilómetros son los más importantes de la carrera. Muchísimos corredores los hacen demasiado rápido, impulsados por la euforia de finalmente estar en la prueba para la que se prepararon tanto tiempo, y también por el hecho de sentirse en plenitud física. Pero cuidado, porque lo difícil viene después, y correr esos primeros kilómetros tan sólo un par de segundos más rápido que el promedio que corresponde puede ser letal para tus aspiraciones.
- Tener en cuenta el ritmo por sobre el esfuerzo
En el afán de respetar a rajatabla el ritmo por kilómetro planteado de antemano, muchísimos corredores no tienen en cuenta cuestiones fundamentales de la carrera, como las pendientes, y sufren un desgaste extra que luego pagan. Tu plan tiene que ser flexible, tenés que conocer el recorrido de la carrera y su altimetría, para poder ajustarlo. Si tenés un par de kilómetros de subida y te empecinás en mantener el ritmo, tu esfuerzo en ese tramo va a ser mucho mayor (equivalente a si aumentaras el ritmo en un tramo plano), por lo que esas energías que gastaste ahí van a faltar luego en otra parte.