La inconveniencia de tomar alcohol después de entrenar

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29 Enero, 2016 a las 12:50 hs.

Aunque tomar unas cervezas con amigos puede ser divertido, después de leer esta nota quizá prefieras tomar evitarlas después de un entrenamiento intenso.

 

Tomarse una cerveza después de un entrenamiento o una competencia suele ser, para algunos corredores, una forma de premiar su esfuerzo, celebrar y relajarse. Sin embargo, esto puede entorpecer el proceso de recuperación y adaptación al esfuerzo.

Los expertos aseguran que no se ha demostrado que el uso de la cerveza en la recuperación tenga un efecto significativo, aunque pequeñas cantidades de alcohol en sangre afectan las funciones neuropsicológicas y, por consecuencia, el rendimiento y la recuperación.

Enfatizando en los efectos negativos del alcohol, se aconseja siempre prudencia y moderación.

Alcohol, rendimiento y recuperación

  • El consumo de alcohol, en cualquiera de sus variantes, influye negativamente en el rendimiento, la fuerza y la coordinación.
  • Favorece la deshidratación, principalmente al inhibir la hormona antidiurética. Actúa como diurético, aumentando la pérdida de líquidos y electrolitos.
  • Interfiere en la regulación de la temperatura corporal y disminuye la tolerancia al esfuerzo
  • Metabólicamente, inhibe a nivel hepático la formación de glucosa (neoglucogénesis) y baja el nivel de glucosa en sangre.
  • A nivel del Sistema Nervioso Central es un potente depresor: Reduce reflejos, movimientos y coordinación.
  • Al absorberse rápidamente, genera un efecto inhibitorio en la oxidación de las grasas y puede ocasionar un incremento de peso corporal a expensas de masa grasa.

El etanol es una sustancia tóxica y el organismo debe neutralizarlo y eliminarlo. En exceso, el organismo ve sobrepasada su capacidad de eliminarlo eficientemente y aparecen los efectos negativos.

Cómo interfiere la recuperación post-esfuerzo

El momento posterior a un entrenamiento de intensidad es crucial para lograr una recuperación efectiva. Para esto, es necesaria una reposición de líquidos y electrolitos, perdidos a través del sudor; hidratos de carbono para reponer las reservas de glucógeno; y proteínas para favorecer la reparación de tejido muscular.

Diversos estudios demostraron que el consumo de alcohol afecta  directamente la síntesis de proteínas y la recuperación muscular, e indirectamente atenta contra la recuperación, interfiriendo en la duración y calidad del descanso y afectando la rehidratación/alimentación adecuada.

Alimentación, hidratación y descanso son los pilares básicos para la buena recuperación. Consumir alcohol en exceso afecta a estos tres pilares y aumenta el catabolismo o degradación proteica y claramente no permite una recuperación efectiva.

Todos estos motivos son más que suficientes para volver a pensar si irse de tragos después de entrenar es la mejor manera de recompensarse.

Nelsa M. Valenzuela
Lic. en Nutrición (MN 5737)
Nutrición Deportiva