El gran hacedor del equipo del rojo campeón del 95, Mario Guzmán, va a estar presente en el almuerzo de los campeones el próximo domingo 12 de marzo y en el partido donde el club los va a homenajear, el sábado 11. Previo al encuentro, Mario dialogó con INFOPICO RADIO 99.9 y nos transmitió su emoción por el reencuentro.
“Fue una epopeya deportiva ganar esos dos títulos con planteles compartidos con la liga y con el Sudamericano”, aseguró el gran hacedor del equipo, que transformó a los jugadores en grandes figuras.
Sportivo Independiente de General Pico logró el ascenso a la LNB en la temporada 1992/3, de la mano del entrenador Mario Guzmán y con la gran figura del estadounidense Michael Wilson.
En el primer año, en la Liga Nacional, Guzmán forma un equipo conformado por jugadores nacionales que en su mayoría habían sido “sexto” jugador en otros equipos como Facundo Sucatzky, Aldo Yódice, el “chino” Jorge Zulberti y Alberto Falasconi, entre otros que junto a la pareja de extranjeros Michael Wilson, – no estuvo en la serie final frente a Peñarol-, y Melvin Johnson donde llegó a ser subcampeón al perder con Peñarol de Mar del Plata.
En la temporada siguiente, el equipo cambió un extranjero por Malru Dottin por Wilson y la llegada de Esteban de la Fuente como “jugador franquicia”, les permitió alzarse con el campeonato de la LNB. La victoria se logró de forma contundente, barriendo a Olimpia de Venado Tuerto por 4 a 1 y coronándose en Pico el 24 de junio de 1995, con una victoria de 130 a 111 y una gran algarabía de cinco mil espectadores.
Un año después, Sportivo Independiente ganaría el Sudamericano de Clubes en Chile, bajo la dirección técnica de Guzmán. Después de ocho años en la segunda ciudad pampeana, Guzmán retornó a su tierra natal para conducir a Andino Sport Club en la LNB, pero siempre recordará la gran experiencia de vida y las jornadas memorables vividas junto a los jugadores y amigos de Sportivo Independiente.
En un momento de la charla con Infopico Radio, Mario recordó a Leo Aboy y a Alberto Falasconi: “vamos a sentir de por vida la pérdida de los grandes compañeros”.
Contó que vive en Buenos Aires con su familia, pero que está alejado del básquet, solo mira algunos partidos: “no tengo ganas de ver la liga porque el nivel es muy malo. Después del fracaso del mundial debe haber un borrón y cuenta nueva y que las cosas de verdad cambien”.
Por último, expresó su deseo de encontrarse con amigos y parte del plantel campeón en la fiesta que la institución «roja» está preparando para el fin de semana venidero. «El sábado, previo al encuentro, vamos a estar en la cancha y será un momento esperado por nosotros y por la gente de La Pampa, que estuvo identificada con el equipo y el domingo en el almuerzo tendremos tiempo de charlar con mucha gente conocida. Esperamos a los hinchas, a los amigos para vivir una hermosa jornada», cerró.