Después de ser subcampeón en 2016, el piquense terminó 3° en la categoría más difícil, la de los pilotos sin asistencia.
El Dakar es la competencia de Rally Raid más extensa, exigente y difícil del mundo, por eso cientos de pilotos hacen los esfuerzos máximos para poder decir presentes, ya sea a bordo de una moto, un auto, un buggy o un camión. Muchos, los de los grandes presupuestos, apuntan a ganar, a terminar en el podio o dentro de los diez primeros, mientras otros, de los de menor capacidad económica, se conforman con poder completar la carrera.
Hay un grupo especial, los que se podría decir “bailan con la más fea”, que son los integrantes de la categoría Malle Motos. Dicha divisional reúne a quienes compiten sin asistencia de un equipo, es decir que son corredores y a la vez sus propios mecánicos, jefes de equipo y demás. Esto significa mayor esfuerzo físico para poder cumplir con todas las facetas, menor tiempo de descanso y menores chances de terminar la competencia.
En esa categoría tan especial es donde otra vez se destacó el referente motociclístico piquense, José Julián Kozac. Ya el año pasado consiguió un 2° puesto con su Yamaha y este año repitió podio, consiguiendo un 3° lugar con su KTM, que una vez más puso en evidencia todo el espíritu de lucha y perseverancia que tiene, más allá de las destacables condiciones conductivas.
Incluso Julián varias veces en este Dakar 2017 conoció a flor de piel lo que es ser un Malle Motos. Algunos problemas mecánicos lo obligaron a “emparchar” la maquina y hacer la gran criolla de “atar con alambre” para seguir en competencia. Inclusive hasta pudo quedar afuera, cuando estaba varado en medio de una especial, sin un equipo que lo ayudara, ignorado por los otros competidores argentinos, pero finalmente rescatado por un solidario corredor japonés que le permitió escribir una página positiva más en su trayectoria.