Apenas unas semanas antes de celebrar los 120 años de su fundación, Bayer Leverkusen, con el aporte del argentino Exequiel Palacios, se consagró este domingo campeón por primera vez en la historia de la Bundesliga, poniendo fin a 11 temporadas de reinado de Bayern Múnich y que todavía puede seguir sumando hitos. El 5-0 sobre Werder Bremen fue inapelable, con una asistencia del mediocampista campeón del mundo con la Selección Argentina y un triplete de Florian Wirtz.
Leverkusen todavía aspira a otras dos coronas (la Europa League y la Copa Alemania) y a cerrar la temporada invicto a todo nivel. La coronación se dio a cinco fechas del final y con números exorbitantes: acumuló 25 triunfos y 4 empates, con 74 goles a favor y apenas 19 en contra. Hay un hito más: ningún equipo logró ser campeón de la Bundesliga en forma invicta.
La victoria que logró el fin de semana pasado ante Union Berlín, con un solitario tanto de penal de Florian Wirtz, y la derrota 3 a 2 del Bayern frente a Heidenheim habían dejado al equipo del estado de Renania del Norte-Westfalia a un paso del título y más cerca de ese récord en la Bundesliga.
Por lo pronto, las 29 presentaciones sin traspiés le permitieron superar la marca que en la temporada 2013/14 había establecido Bayern Múnich, que cedió su invicto en la 29ª fecha de esa campaña ante Augsburgo. Además, encadena diez victorias consecutivas en el torneo doméstico y siete triunfos al hilo como visitante, dos rachas que jamás había logrado en la Bundesliga. Y los 79 puntos que ya logró son su mejor cosecha en la primera división alemana, en la que compite ininterrumpidamente desde 1979.
En sus 44 participaciones previas en la Bundesliga, Bayer Leverkusen fue subcampeón cinco veces. De ellas, dos resultaron especialmente dolorosas. En la temporada 1999/2000, el equipo dirigido por Christoph Daum y que tenía como figura a Michael Ballack llegó a la última fecha como líder y con tres puntos de ventaja, pero perdió 2 a 0 con Unterhaching y cedió el título, por diferencia de gol, a Bayern Múnich, que en la jornada final derrotó 3 a 1 a Werder Bremen.
También estuvo muy cerca del festejo dos años después, con Diego Placente en su plantel: a falta de tres fechas, encabezaba la tabla y aventajaba por cinco puntos a Borussia Dortmund. Pero perdió dos encuentros consecutivos (contra Werder Bremen y Nüremberg) y el Dortmund no falló y le arrebató la corona. En esa temporada, también perdió la final de la Champions League ante Real Madrid y la de la Copa de Alemania con Schalke.