La pandemia hizo estragos en la economía mundial y dentro de la cuarentena que se aplicó en Argentina se potenció el drama para muchos trabajadores. Sin embargo, al piquense Abel Marcelo Aredondo ya lo había arrastrado la crisis hace un año y tres meses. Aunque no fue producto de los vaivenes económicos de turno; una decisión de la AFA le impidió desempeñarse como referí. Desde mayo de 2019, cuando fue asistente en un partido de la Primera Nacional, que no es designado por la Dirección de Arbitraje.
Hoy en día, este piquense de 44 años, trabaja manejando un remis. Pero no se quedó sentado en su auto. Acudió a la Justicia junto con otros 16 árbitros del SADRA y su caso puede abrirles el camino a varios colegas.
El jueves pasado, un fallo del Juzgado de Primera Instancia del Trabajo N°30, a cargo del doctor Herman Mendel, le ordenó a la AFA que designe a Aredondo como árbitro cuando se reanude el fútbol. Y en diálogo con Clarín, a bordo del auto que conduce en La Pampa, mostró su alegría: “Después de tanta bronca e impotencia voy a poder volver a dirigir”, contó.
Aredondo debutó en Primera División en un choque entre Olimpo y Banfield, el 10 de mayo de 2016. Desde entonces, jugó –como dicen en la jerga arbitral- 10 partidos de Superliga. Hasta que llegó el conflicto entre la AFA y el SADRA y ya no volvió a ser nominado. Cobra un sueldo básico porque está en relación de dependencia con la entidad de la calle Viamonte, pero su salario se vio disminuido en un 55%.
“La verdad, la pasé muy mal todo este tiempo. Estaba muy dolido en lo anímico, pero nunca me dejé de entrenar, siempre estuvo preparado para ser designado. Más allá de la adversidad, sufría mucho cada vez que llegaba el fin de semana y no me daban un partido. O cuando iba a Mar del Plata o Buenos Aires a cumplir con el examen físico o médico, y nada. Uno se cuida en las comidas, hace los deberes, pero es muy frustrante no poder jugar”, relata Aredondo.
“Lo que más molesta es que uno no tiene malas calificaciones de los veedores. Te terminás quedando afuera por un capricho, no es que te bajan por un mal rendimiento, porque estás gordo o te comiste un offside”, enfatiza.
El juez piquense cree que todo tiene que ver con un problema “puramente gremial”. Y amplía: “Yo no me quise ir del SADRA, como otros compañeros, y nunca más me designaron. Le agradezco a Guillermo Marconi, que nos respaldó”. Por su caso y otros, el secretario general del sindicato presentó una denuncia por discriminación laboral.
En 2010, Aredondo había denunciado a Gustavo Bassi, a cargo de los jueces del interior. Según su testimonio, el ex árbitro le sugirió que favoreciera a Juventud Unida de San Luis ante Deportivo Maipú de Mendoza en un partido del Torneo Federal A.
“Puede ser que me hayan pasado la factura. No lo descarto. Todo quedó en la nada, como lamentablemente muchas cosas en este país”, se lamenta el pampeano, que se apoyó en sus hermanos Raquel, Johanna, Ariel y Néstor para afrontar el momento.
¿Esta decisión de la Justicia puede tener un efecto cascada para sus compañeros? “Ojalá, lo que más quiero es que todos podamos volver a trabajar de lo que más nos gusta”, expresa.
Fuente: Clarín.