Argentina afronta un partido que debe ganar por 4 o más goles para seguir en pie
Derrota pesada (33-22) contra Dinamarca. Bueno, era el campeón olímpico. Paliza (35-17) a manos de Suecia. Bueno, es un histórico poderoso del handball europeo, es decir, del mundo. Cachetazo, 21-17, frente a Qatar. Bueno, es el subcampeón mundial. Bueno, no: perdió muchas figuras y, con ello, poderío. Y la Argentina sonrojó con un insólito 2-9 al cabo de la primera mitad. Estos Gladiadores no son lo que se esperaba en el Mundial de Francia.
Pero todavía hay vida, una luz. Tenue, pues el nivel del seleccionado no alienta gran esperanza de superar hoy por al menos cuatro goles a Egipto, un rival usualmente de su estatura, pero superior en lo que va del torneo. A las 10 de Buenos Aires (televisará TyC Sports), el equipo conducido por Eduardo Gallardo deberá ser lo que no fue hasta ahora para continuar en carrera por su primera meta: los octavos de final.
No es descabellado, aunque tampoco lo más lógico, un éxito por cuatro tantos sobre los egipcios. Los Gladiadores deberán ser lo que fueron de 2011 a 2015, y no el conjunto permeable atrás e indolente adelante que vienen siendo en París. Vale subrayarlo: ayer hicieron ¡dos! goles en los 30 minutos iniciales ante Qatar. En la segunda parte, sobre todo los últimos 12 minutos (estaban 8-16), tuvieron otra actitud y terminaron ganando el período por 15-12. Todo cambió cuando trocaron pasividad defensiva por marca personal. Pusieron nerviosos a los qataríes, forzaron errores y contragolpearon. No les alcanzó el tiempo, pero la caída por cuatro goles les deja una esperanza.
Con poco descanso, deberán vencer hoy por esa cantidad y pasado mañana por cualquier ventaja a Bahréin, siempre que en los demás partidos no haya batacazos. Incluso, de batir a los egipcios por seis o más tantos, podrán ser terceros en el grupo D y obtener un cruce algo menos exigente en el octavo de final.
«En el primer tiempo, en el ataque jugamos horriblemente, muy parados», admitió Federico Fernández, víctima, como extremo izquierdo, de las ofensivas demasiado centralizadas. «Cuando empezamos a recuperarnos ya era medio tarde. Habrá que jugar con Egipto con la voracidad de estos últimos minutos», apuntó.
«No se puede pretender ganar haciendo dos goles y tirando siete veces al arco en un tiempo», lamentó Dady Gallardo, pero aún tiene expectativa. «Lo anímico es lo más importante», valoró el DT. La ilusión mueve también a Matías Schultz: «Tenemos una vida más. No es imposible ganarle por cuatro a Egipto, y vamos a dar todo», enfatizó el arquero.
Fuente-La Nacion