El jugador que metió dos goles de cuatro en la gran final del domingo, charló con «La Redacción» sobre su amor por el deporte y el sueño de jugar con su hijo.
Cristian es profesor de Educación Física y tiene una larga historia con el Hockey: «vengo de una familia ligada a este deporte porque mi papá fue jugador y toda la familia practicó este deporte. Empecé a los cuatro años y hasta los 18 jugué en Buenos Aires, donde vivía».
La final contra La Barranca, «estábamos seguros de nuestro trabajo, pero no sé si esperábamos una final así. Nos sentimos muy confiados, al igual que la semifinal, porque muchas veces el resultado no refleja lo que se hace dentro de la cancha, pero en estos casos sí se pudo. Este año nos plantearon otra forma de trabajo, que nos entusiasmó y nos gustó; claro que nos costó adaptarnos al planteo de las entrenadoras, pero se pudo lograr».
El deporte dentro de la provincia y de la ciudad, «tuvo un gran crecimiento luego de la pandemia, como muchos deportes. Desde el año 2001 viene en crecimiento y no tuvo un parate o estancamiento. Es un deporte que no solo se juega en los clubes, también en los barrios; es bastante popular. Falta mostrarlo un poco más en los colegios que por miedo o desconocimiento, no se da mucho, pero es un deporte que al igual que el fútbol, el básquet o vóley, sirve para trabajar muchos contenidos».
El jugador hizo referencia a su continuidad en el deporte y aseguró que será hasta que el cuerpo le rinda: «estoy esperando unos tres años para poder compartir al menos 30 segundos adentro de una cancha con mi hijo Bautista, que también juega y es un gran sueño».