Corridas, insultos, golpes así fue el cierre del partido final entre Estudiantes de Santa Rosa y Belgrano. Terminó en escándalo y a los golpes.
El resultado y el campeonato quedó en manos de Estudiantes, pero el que más perdió fue el básquetbol pampeano.
Todos afirmar que fue un escándalo, pero nadie asume responsabilidades. La organización y las exigencias de parte de la Federación Pampeana de Básquetbol también fallaron.
En una final de estas características debe existir por lo menos la obligación de contratar la policía. Al parecer solo había un custodio de seguridad privada y que era empleado del club local.
Algunos dirigentes habrían querido minimizar la situación manifestando que solo se amontonaron en un determinado lugar de la cancha. Las imágenes hablan por sí solas. Más que mirar para otro lado, deberían asumir responsabilidades.
Una lástima. De esta manera cada vez la gente, el público irá menos a las canchas. Además el reflejo que dejan los mayores para con los más pequeños no es el mejor.
Quién asumirá responsabilidades. Las autoridades de la Federación Pampeana de Básquetbol se expresarán al respecto. Habrá sanciones, se tomarán medidas en cuanto a la seguridad en los estadios.
El partido lo ganó Estudiantes 64 a 60, pero el básquetbol marcó un retroceso. La intolerancia y la violencia superaron al juego. Finalmente y como si nada hubiera pasado, se entregó la copa y hubo festejo.